No estoy influyendo en que ingieran bebidas alcohólicas, pero en los fines de semana a mí me gusta probar y preparar diferentes cocteles. He disfrutado mucho el aprendizaje de los temas que jamás pensé que eran importantes como los diferentes tipos de hielos, vasos y su relación con el sabor del producto final. Pero más que un buen coctel y rato lo cierto es que en ocasiones nos pasamos de tragos y aunque podemos pensar que la estamos pasando genial, puede haber grandes consecuencias y algunas de ellas graves.

Veamos algunos efectos que tendremos al consumir mucho alcohol.

1. Tendremos dificultad al hablar. Para muchos nuestra voz es una gran herramienta. Al tenerla interrumpida no podremos expresarnos correctamente y si tenemos que pedir ayuda, no lo haremos correctamente ni siquiera podremos decir claramente que nos pasa y como nos pueden ayudar.
2. Dificultad para tomar decisiones. La confusión nos puede dominar y si estamos confundidos podemos hacer mal uso de nuestra silla de ruedas, llaves, vehículo, celular, etc. También no podremos tomar decisiones correctas si alguien se propasa y mucho cuidado porque lo propasados también podemos ser nosotros.
3. Pérdida de equilibrio. Ya nosotros no contamos con un equilibrio saludable; el exceso de alcohol nos haría que perdamos el poco control físico que tenemos de nuestro cuerpo aumentando el riesgo de caídas y de accidentes.
4. Aumento de los latidos del corazón y de la presión sanguínea. Es muy posible que ya nuestro sistema de presiones este alterado. Ya muchos vivimos con la odiada disferexia anatómica y definitivamente el uso excesivo de alcohol provocará más episodios de esta condición. Si tenemos un episodio grave de DA y estamos embriagados no podremos tomar decisiones para calmarnos ni podremos explicar correctamente que nos pasa para pedir ayuda. No olvide cargar su tarjeta de billetera sobre la disreflexia autonómica en estos casos, ¡le puede salvar la vida!
5. Tendrá el impulso de orinar, lo que provocará la pérdida de líquidos y, por consiguiente, la deshidratación. La mayoría debemos cateterizarnos. Como resultado tendremos que orinar más y al no tener una concentración total podemos lastimarnos y crear accidentes con la vejiga u orina.
6. Sistema nervioso afectado. Este para mi es el peor. Estamos en constante sube y baja de emociones por la situación de enfrentar una lesión de la médula espinal. Ninguna bebida ni buen rato debe interrumpir tu crecimiento e inteligencia emocional.

Entonces, ¿cómo podemos disfrutar responsablemente de algún traguito?

La única forma garantizada para prevenir estar borracho y una resaca es evitar el alcohol. Si optas por beber alcohol, hazlo con moderación.

Come antes de beber y mientras lo estés haciendo. Como el alcohol se absorbe más rápido si el estómago está vacío, comer algo antes de beber alcohol y mientras estás bebiendo puede ser útil.

Toma agua entre las bebidas. Tomar un vaso lleno de agua después de cada bebida alcohólica te ayudará a mantenerte hidratado. También te ayudará a beber menos alcohol.

Conoce tus límites y solo bebe en moderación. Decide de antemano cuántos tragos vas a tomar, y no te excedas. No te sientas presionado a beber.

Bebe lentamente. Evita tomar más de un trago con alcohol por hora. Deja de beber cuando llegues a tu límite (o antes).

Aparte de todo esto recuerda que el alcohol es un depresivo, y si sufres de ansiedad, depresión o algún otro trastorno psicológico debes tener mucho cuidado pues las resacas no son solo corporales sino mentales y no puedes correrte riesgos.

Gretchelle Dilán, PhD vive en Puerto Rico con una lesión de la médula espinal. Ella es una psicóloga industrial y es la escritora de los blogs en español para la Fundación Reeve. Suscríbete a nuestros blogs en español para informarte sobre temas de interés como el empleo, la salud mental, la investigación, las experiencias diarias y más. Visita www.ChristopherReeve.org/Blog y haz clic en el tag “Español”.