La Salud Mental Durante Una Pandemia

Todos nos hemos refugiado en casa por varias semanas. La buena noticia de hoy en día es que este proceso tan simple ha reducido la propagación de la COVID-19. A veces nos olvidamos de que las actividades más simples son las mejores. Lavarse las manos frecuente y meticulosamente, el distanciamiento social y quedarse en casa son una combinación que reduce la propagación de las enfermedades, los refriados, la gripe y la COVID-19.

Los cambios en la forma en que vivimos nuestras vidas y nuestros contactos sociales son difíciles. Como personas, en general, queremos lo que queremos y cuando lo queremos. Las limitaciones pueden ser difíciles como bien lo sabe, viviendo con diagnóstico de lesión medular. Estas nuevas restricciones añaden otro nivel de desafío.

Justo antes de la explosión de la COVID-19, yo estaba escribiendo acerca de la salud mental. La salud mental puede verse afectada frente a esta nueva tribulación de la COVID-19. Nosotros nos encargamos de nuestras necesidades físicas, pero a menudo pasamos por alto nuestra salud mental. Evaluar el bienestar mental no significa que tiene una enfermedad mental. Es un proceso que asegura su bienestar completo. En este momento, la ansiedad, el estrés y la depresión pueden introducirse en su bienestar mental.

La Salud Mental Durante Una Pandemia

La ansiedad es un sentimiento intenso de preocupación y miedo acerca de algo que está afectando a su vida o algo que cree que influirán en su vida. Todos tenemos cierta ansiedad en diferentes momentos sobre situaciones específicas. Piense en estar en la escuela a punto de dar un examen. Las personas pueden tener ansiedad sobre el examen antes de que ocurra, incluso si estaban enterados de este por semanas. Al terminar, nuestro pensamiento se dirige a otras ideas. Este es un comportamiento normal.

Cuando los pensamientos se vuelven excesivos o cuando no le permiten pensar en cualquier otra cosa es cuándo es se considera a la ansiedad como un problema. La ansiedad ocurre cuando los pensamientos interfieren con su vida cotidiana, no pueden ser controlados o están fuera de proporción con la situación. La sensación de ansiedad suele comenzar en la niñez o en la adolescencia, pero también puede comenzar debido a una enfermedad grave, después de un trauma, tales como una lesión de la médula espinal o durante una pandemia.

Debe solicitar ayuda para su ansiedad si interfiere con su vida en general o algún aspecto específico de su vida, si es difícil de controlar, se siente deprimido, ha aumentado el consumo de alcohol o drogas (incluso los medicamentos recetados o sin receta), o tiene tendencias suicidas. La ansiedad puede conllevar a problemas en la salud física. Puede sentirse enfermo sin una causa específica, como el dolor de cabeza, tensión, malestar estomacal, etc.

Durante esta pandemia, es fácil que sentirse ansioso. Hay mucho para preocuparle, como su salud y el bienestar de sus familiares y amistades. Incluso ir a la tienda se ha convertido en un problema debido a la obligación de usar máscaras y guantes fuera de su hogar. La higiene debe convertirse en una prioridad.

La COVID-19 amenaza la salud de todos. Todos deben adaptarse a estas nuevas rutinas. Esto toma tiempo. Dese tiempo para adaptarse. Ponga el equipo que utilizará, como las máscara y guantes cerca de la puerta. Ponga un desinfectante de manos en su bolso Llevará cierto tiempo hasta que pueda organizarse, pero usted logró adaptarse a la lesión medular y lo hará a esto también. Identifique sus habilidades y estrategias de afrontamiento. Póngalos en uso durante el tiempo de respuesta contra la COVID-19.

El estrés es un período de tensión psicológica. Es una sensación de estar abrumado por la situación. El cuerpo desencadena respuestas a situaciones de estrés como la respuesta de lucha o de huida. Cuando se siente amenazado, la persona responde con energía extra para luchar o huir o se congela ante la respuesta (huida). La mayoría de las veces se observa la respuesta de lucha o de huida con una amenaza inmediata a la autopreservación, como cuando una persona es agredida física o verbalmente En estos tiempos de la COVID-19, las personas se sienten constantemente amenazadas lo que conduce al estrés. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han proporcionado estos síntomas de estrés relacionado con la pandemia:

  • El miedo y la preocupación sobre su propia salud y la de sus seres queridos
  • Cambios en el sueño o hábitos alimenticios
  • Dificultad para dormir o concentrarse
  • El empeoramiento de los problemas de salud crónicos
  • El empeoramiento de las condiciones de la salud mental
  • Aumento del uso de alcohol, tabaco u otras drogas

Nadie puede quitar la amenaza de la COVID-19 en el mundo de hoy. Si tiene estrés en su vida, sepa cuáles son sus desencadenantes para que pueda enfrentar o salir de una situación. Es posible no haya sentido este tipo de estrés anteriormente. Reconstruya sus pensamientos, sentimientos y respuestas al sentirse estresado para que pueda identificar los desencadenantes que aumentan su nivel de estrés. El estrés se siente diferente en cada persona así que lo usted siente no es necesariamente lo mismo que sienten sus familiares, amigos u otros. Sólo puede saber cómo se siente usted y aprender a controlar esos sentimientos. Puede que no pueda retirarse de la situación estresante, pero puede intentar controlar su mentalidad acerca de esto.

La depresión es un sentimiento de tristeza persistente. Es más que un sentimiento pasajero de tristeza. Todos tenemos momentos de tristeza. La depresión es de larga duración y afecta las actividades diarias. Puede ocurrir por muchos factores; tener un problema médico grave o estar confinado en su casa son algunos de estos. La depresión puede afectar a todas las áreas de su vida o simplemente partes de ella.

Una pandemia puede desencadenar un nuevo episodio depresivo, reactivar una afección pasada o intensificar una depresión actual. Cuando se da cuenta que ha perdido el interés en actividades que solía disfrutar; tiene cambios en los hábitos personales; observa síntomas nuevos o aumentados de una enfermedad; tiene cambios en el sueño, alimentación u otros hábitos; siente en forma desproporcionada la ira, tristeza, ansiedad, alteraciones del sueño y pensamientos de muerte.

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Hay actividades que puede hacer para ayudar a su salud mental.

  1. Si piensa que tiene un problema de salud mental o alguien se lo menciona, llame a su profesional de la salud para solicitar un referido. Usted puede contactar a un profesional de la salud mental en línea o por teléfono si no puede salir de casa. Puede contactarse con un recuso que ha utilizado anteriormente. Ellos le darán la bienvenida. Si es necesario llame a la Red Nacional de Prevención del Suicidio para asistencia inmediata: 1-888-628-9454.
  2. Converse sobre sus pensamientos y preocupaciones sobre la COVID-19 con su pareja o un amigo de confianza. Hablar con alguien le ayudará a poner las cosas en perspectiva. Practique cultivar la atención o medite para tranquilizarse.
  3. Haga prioridad al ejercicio. La investigación muestra que hay muchos ejemplos sobre como el movimiento mejorar su salud mental. Al moverse, las endorfinas (un químico del sistema nervioso) son liberadas en el cerebro y le hacen sentirse bien. También puede obtener un sentido de logro.
  4. Evite el alcohol y las drogas. El alcohol es un depresivo. Si tiene problemas con la salud mental, le hará sentir peor. Las drogas pueden hacer lo mismo. La gente suele ignorar a los medicamentos sin receta que puede interferir negativamente con su medicación con receta o con sus problemas de salud específicos. Usted puede hacerse dependiente de algunos medicamentos sin receta.
  5. Dormir adecuadamente es parte de la salud mental optima. Establezca un horario. Vaya a la cama a una hora regular y levantarse a una hora regular. Duerma un promedio de ocho horas. Cambie su ropa; vístase con ropa de día y ropa de dormir. Evite la electrónica, la televisión, la computadora y el teléfono al menos dos horas antes de irse a dormir. Duerma en un lugar tranquilo. Si debe levantarse en la noche para el autocuidado o el cuidado de los niños, evite encender una luz brillante si es posible para que su cerebro crea que todavía es de noche.
  6. Limite su acceso a las noticias sobre la pandemia. Debe mantenerse informado diariamente, pero elija otras actividades en vez de ver las noticias sobre la COVID-19 por horas.
  7. Cree contactos sociales a través del internet. No espere para que las personas le llamen. Busque un viejo amigo con el que no ha hablado por largo tiempo, llame a alguien que no está en su casa y hablen de cualquier cosa menos de la COVID-19. Antes de llamar, piense en cosas interesantes para discutir, algo que ha visto en la televisión o leído.
  8. Mantenga una actitud positiva. Si busca cosas buenas, las encontrará y de sobra. Siga recordándose que esto terminará pronto. Si es una persona espiritual, busque la bondad. Puede que la vida no sea la misma de siempre, pero la situación ya está mejorando. Se está trabajando en tratamientos y vacunas. Por el momento, está funcionando el quedarse en casa, lavarse las manos y el distanciamiento social.

He escuchado a muchas personas describir este momento como la nueva normalidad. Esta no es la nueva normalidad. Lo que estamos viviendo es temporal. Habrá una nueva normalidad. Lo más probable es que será diferente, pero no vamos a estar en esta situación de restricción para siempre. Ya está mejorando cada día. Viviremos en la incertidumbre por un tiempo, pero una nueva normalidad aparecerá y todo estará bien. Podemos hacer esto, y lo haremos.

Consideración pediátrica:

Los niños ya han escuchado hablar de la COVID-19 porque se discute en todos lados. Haga una rutina cotidiana en casa. Establezca un horario. No lo tiene que regimentar al minuto, pero los niños prefieren saber qué es lo que ocurrirá después. Tenga tiempo de actividad, tiempo de juego, tiempo para el estudio, descanso, comidas, etc. Use lo que se hacía en la escuela como ejemplo.

Estos tiempos son estresantes para los niños también. El no poder ver a sus amigos o salir a jugar es un cambio duro. Preste atención a los cambios en el comportamiento. Si cambian las actitudes o muestran signos de ansiedad, estrés o depresión, busque ayuda pronto. Como padre, conoce a su hijo mejor que nadie, así que debe seguir sus instintos.

Cuídese. Después de todo, usted puede estar trabajando (que es otro nivel de estrés), atendiendo a los niños, educándolos y manteniéndolos en casa. Este es un cambio muy grande. Intente encontrar algunos momentos en otro cuarto, si es posible, para descansar.

About the Author - Nurse Linda

Linda Schultz, Ph.D., CRRN is a leader, teacher, and provider of rehabilitation nursing for over 30 years. In fact, Nurse Linda worked closely with Christopher Reeve on his recovery and has been advocating for the Reeve Foundation ever since.

Nurse Linda

The opinions expressed in these blogs are the author's own and do not necessarily reflect the views of the Christopher & Dana Reeve Foundation.