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Dolor

¿Qué es el dolor?

El dolor es una señal activada en el sistema nervioso para alertarnos sobre un posible daño.

El dolor agudo, resultado de un traumatismo súbito, tiene un propósito. Esta clase de dolor habitualmente puede ser diagnosticado y tratado, de modo que el malestar se controla y limita a un tiempo determinado.

El dolor crónico, sin embargo, es mucho más confuso. Es la clase de alarma que no desaparece y es resistente a la mayoría de los tratamientos médicos.

Puede ser el resultado de una causa en curso, como artritis, cáncer, infecciones, pero algunas personas tienen dolor crónico durante semanas, meses e incluso años sin la presencia de una patología o evidencia de daño obvia.

Un tipo de dolor crónico llamado neurogénico o neuropático suele acompañar a la parálisis; es una cruel ironía que personas que carecen de sensaciones sufran la agonía del dolor.

¿Por qué ocurre el dolor?

El dolor es un proceso complicado que involucra una interacción intricada entre varias sustancias químicas que se encuentran de forma natural en el cerebro y la médula espinal. Estas sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, transmiten impulsos nerviosos de una célula a otra.

En la médula espinal lesionada, hay una ausencia crucial de GABA (ácido gamma-aminobutírico), un neurotransmisor inhibitorio. Esto puede “desinhibir” a las neuronas de la médula que son responsables de la sensación de dolor y hacer que se activen más de lo normal. También se cree que esta desinhibición es la causa de la espasticidad.

Datos recientes también sugieren que puede haber escasez del neurotransmisor norepinefrina, así como una sobreabundancia del neurotransmisor glutamato. Durante algunos experimentos, los ratones con los receptores de glutamato bloqueados mostraron una reducción de las respuestas al dolor.

Otros receptores importantes en la transmisión del dolor son los receptores del tipo de los opiáceos. La morfina y otros medicamentos opiáceos trabajan siguiendo de cerca a estos receptores, activando las vías o circuitos inhibidores del dolor y, así, bloqueando el dolor.

Después de una lesión, el sistema nervioso sufre una drástica reorganización. Los cambios drásticos que ocurren con las lesiones y el dolor persistente subrayan que el dolor crónico debe considerarse una enfermedad del sistema nervioso, no simplemente un dolor agudo prolongado o un síntoma de una lesión. Por lo tanto, deben desarrollarse nuevos medicamentos.

Lamentablemente, los medicamentos actuales para la mayoría de las condiciones de dolor crónico son relativamente ineficaces y se usan mayormente a la manera de prueba y error.

El problema con el dolor crónico de los nervios no se reduce a la distracción del dolor. El dolor puede causar la inactividad, que puede dar lugar al enojo y la frustración, el aislamiento, la depresión, la falta de sueño, tristeza y potencialmente más dolor.

Es un ciclo de desgracia sin una salida fácil y la medicina moderna no ofrece una amplia diversidad de ayuda. El control del dolor se vuelve un asunto del manejo del dolor para mejorar el funcionamiento y permitir que las personas participen en actividades cotidianas.

Tipos de dolor

Dolor musculoesquelético o mecánico: se produce en o por encima del nivel de una lesión de la médula espinal y puede derivar de la sobreexplotación de los músculos funcionales restantes o los utilizados en actividad que no les corresponde usualmente. La propulsión y las transferencias en silla de ruedas son responsables de la mayoría de los dolores mecánicos.

Dolor central o dolor por desaferentación: se siente por debajo del nivel de la lesión y generalmente se caracteriza por ardor, dolor y/o picazón. El dolor central no aparece de inmediato. Puede tomar semanas o meses para aparecer y a menudo está asociado con la recuperación funcional de la médula espinal. Este tipo de dolor es menos común en las lesiones completas. Otras irritaciones, tales como las úlceras por presión o fracturas, pueden aumentar el ardor del dolor central.

El dolor psicológico: el aumento de la edad, la depresión, la ansiedad y el estrés se asocian con dolor intensificado tras la lesión medular. Esto no significa que la sensación de dolor en su cabeza es real, pero el dolor parece tener un componente emocional también.

Tratamientos

Tratamientos de calor y masajes: a veces son efectivos para los dolores musculoesqueléticos relacionados con la lesión de la médula espinal.

Acupuntura: esta práctica se remonta 2500 años en China y consiste en la aplicación de agujas en puntos precisos del cuerpo. Mientras que algunas investigaciones sugieren que esta técnica aumenta los niveles analgésicos naturales del cuerpo (endorfinas), la acupuntura no es plenamente aceptada en la comunidad médica. De todas formas, es no invasiva y es barata comparada con otros tratamientos para el dolor. En algunos estudios limitados, este método ayudó a aliviar el dolor de la LME.

Ejercicio: las personas que viven con la LME que se sometieron a un programa regular de ejercicios mostraron una mejora significativa en las puntuaciones del dolor, así como mejoras de las puntuaciones de depresión. Incluso el movimiento o la natación ligera a moderada pueden contribuir a una sensación general de bienestar mejorando el flujo de sangre y oxígeno a los músculos tensos y débiles. Menos estrés equivale a menos dolor.

Hipnosis: terapia de imaginería visual, que utiliza imágenes guiadas para modificar el comportamiento. Ayuda a algunas personas a aliviar el dolor al cambiar la percepción de incomodidad.

Retroalimentación: entrena a la gente a ser consciente y obtener control de ciertas funciones corporales, como la tensión muscular, la frecuencia cardíaca y la temperatura de la piel. Uno también puede aprender a efectuar un cambio en sus respuestas al dolor, por ejemplo, usando técnicas de relajación. Al modificar conscientemente los ritmos cerebrales fuera de equilibrio, las personas pueden mejorar los procesos del cuerpo y la fisiología cerebral. Hay muchos argumentos a favor de tratar el dolor crónico con la retroalimentación, especialmente utilizando información de ondas cerebrales.

Estimulación eléctrica transcraneal: los electrodos se aplican al cuero cabelludo del individuo, permitiendo que la corriente eléctrica estimule al cerebro subyacente. Los estudios recientes indican que este tratamiento puede ser útil en la reducción del dolor crónico relacionado a la lesión medular.

Neuroestimulación eléctrica transcutánea: se ha demostrado que ayuda con el dolor musculoesquelético. En general, no ha sido tan eficaz para el dolor por debajo de la lesión.

Estimulación magnética transcraneal: son impulsos electromagnéticos que se aplican al cerebro. Ha ayudado con el dolor tras el accidente cerebrovascular y, en estudios limitados, ha reducido el dolor de la LME con el uso a largo plazo.

Estimulación en la médula espinal: electrodos son insertados quirúrgicamente dentro del espacio epidural de la médula espinal. El paciente activa un pulso de electricidad a la médula espinal usando un pequeño receptor. Esto es utilizado comúnmente para el dolor en la parte baja de la espalda, pero algunas personas con esclerosis múltiple o parálisis pueden beneficiarse también.

Estimulación cerebral profunda: considerada un tratamiento extremo e involucra la estimulación quirúrgica del cerebro, generalmente el tálamo. Se utiliza para un número limitado de afecciones, incluyendo el síndrome de dolor central, el dolor del cáncer, el miembro fantasma y otros tipos de dolor neuropáticos.

Imanes: generalmente considerados pseudociencia; sus proponentes ofrecen la teoría de que los campos magnéticos pueden efectuar cambios en las células o la química corporal, produciendo así alivio del dolor.

Inyecciones de toxina botulínica (Botox): se utiliza comúnmente para tratar la espasticidad focal, también pueden tener un efecto sobre el dolor.

Bloqueos nerviosos: medicamentos, agentes químicos o técnicas quirúrgicas que interrumpen la transmisión de mensajes de dolorosos entre áreas específicas del cuerpo y el cerebro. Los tipos de bloqueos nerviosos incluyen la neurectomía, rizotomía de la médula dorsal, craneal y del trigémino, y bloqueo simpático.

Fisioterapia y la rehabilitación: se utiliza a menudo para aumentar la función, controlar el dolor y acelerar la recuperación de la persona.

Cirugías: incluyen la rizotomía, en la cual un nervio cerca de la médula espinal se corta y cordotomía, donde grupos de nervios dentro de la médula espinal son seccionados.

Cordotomía: se utiliza para tratar el dolor asociado con el cáncer terminal. La cirugía de la zona de entrada de la raíz dorsal, o DREZ por sus siglas en inglés, destruye las neuronas espinales que corresponden al dolor del paciente. Esta cirugía puede realizarse con electrodos que dañan selectivamente las neuronas en un área determinada del cerebro.

Marihuana: aunque ilegal en muchos estados, sus proponentes la colocan junto con otros analgésicos. De hecho, durante muchos años, fue vendida en forma de cigarrillos por parte del gobierno de los Estados Unidos sólo para ese propósito. Parece que la marihuana se une a los receptores que se encuentran en muchas regiones cerebrales que procesan la información dolorosa.

Otros tratamientos

Las opciones para el dolor crónico incluyen una escalera de medicamentos, a partir de los antiinflamatorios no esteroides de venta libre como la aspirina, siguiendo hasta llegar a opiáceos estrictamente controlados como la morfina.

La aspirina y el ibuprofeno pueden ser de ayuda para el dolor muscular y articular, pero su resultado es mínimo para el dolor neuropático. Esto incluye a los inhibidores de COX-2 (superaspirinas) como celecoxib (Celebrex).

En la parte superior de la escalera están los opiáceos, que son medicamentos derivados de la planta de amapola y están entre los medicamentos más antiguos conocidos por la humanidad. Incluyen la codeína y la morfina.

Aunque la morfina todavía es la terapia líder en la parte superior de la escalera de tratamientos, habitualmente no es una buena solución a largo plazo. Deprime la respiración, causa estreñimiento y nubla el cerebro. Además, las personas desarrollan tolerancia y adicción a la morfina. Más aún, no es efectiva contra muchos tipos de dolores neuropáticos. Los científicos esperan desarrollar un medicamento similar a la morfina con las mismas cualidades de mitigación del dolor pero sin sus efectos secundarios debilitantes.

Hay un terreno medio de medicamentos que son eficaces para algunos tipos de dolor crónico:

  • Los anticonvulsivos se desarrollaron para tratar trastornos convulsivos, pero algunas veces también se recetan para el dolor.
  • Carbamazepina (Tegretol) se usa para tratar varias afecciones dolorosas, como la neuralgia del trigémino.
  • Gabapentina (que se comercializa como Neurontin) con frecuencia se receta “sin tener en cuenta el prospecto” (sin aprobación de la FDA) para el dolor neuropático.

Pfizer recibió en 2012 aprobación de la FDA de un anticonvulsivante para el uso para el dolor, esta vez específico para LME. Pregabalina (comercializada como Lyrica) redujo el dolor neuropático asociado con LME con respecto a la valoración inicial en comparación con un placebo. Los pacientes que recibieron Lyrica mostraron de un 30 a un 50 por ciento de reducción del dolor en comparación con los que recibieron placebo. Lyrica no es apto para todas las personas y tiene una amplia gama de efectos secundarios posibles, que incluyen ansiedad, inquietud, problemas para dormir, ataques de pánico, ira, irritabilidad, agitación, agresión y riesgo de conductas suicidas.

Para algunas personas, los antidepresivos tricíclicos pueden ser útiles en el tratamiento del dolor. Amitriptilina (que se vende como Elavil y otras marcas) es efectiva en el tratamiento del dolor posterior a una LME y existe cierta evidencia de que funciona en personas que viven con depresión.

Además, la clase de medicamentos ansiolíticos llamados benzodiazepinas (Xanax, Valium) actúan como relajantes musculares y a veces se usan para tratar el dolor. Otro relajante muscular, baclofeno, aplicado mediante una bomba implantada (por vía intratecal), mejora el dolor crónico posterior a una LME, pero solo puede ser efectivo cuando está relacionado con espasmos musculares.

Las investigaciones en neurociencia llevarán a una mejor comprensión de los mecanismos básicos del dolor y a tratamientos superiores en los próximos años. El bloqueo o la interrupción de las señales de dolor, especialmente cuando no hay lesión o traumatismo evidente en los tejidos, es un objetivo clave en el desarrollo de nuevos medicamentos.

Video: Control del dolor

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Serie educativa: Control del dolor, parte 1

Este seminario web se enfoca en la pregunta: “¿Qué es mi medicamento para el dolor?” Los temas discutidos en la sesión son una introducción a los fundamentos básicos sobre los medicamentos para el dolor, comprender los tipos de dolor causados por vivir con parálisis y los medicamentos correspondientes. Habrá también una discusión sobre los recursos potenciales para mantenerse al día sobre los medicamentos para el dolor.

El presentador de la sesión es Jay Gupta, RPh, MSc, Especialista de MTM & C-IAYT. Él es el director de farmacéutica y salud integrativa en Harbor Homes en Nashua, NH, así como un consultor MTM y terapeuta de yoga. Jay también es co-fundador de RxRelax, LLC y YohaCaps,Inc.

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Grabado en enero de 2019

Serie educativa: Control del dolor, parte 2

Este seminario web se enfoca en los opioides y en reconocer los signos de adición. Los temas discutidos incluyen un resumen breve del primer seminario web, discusión sobre el origen de los opioides, como funcionan y las causa y tratamientos para el trastorno del uso de opioides. También habrá un resumen breve sobre lo que se tratará en el último seminario web que incluye las opciones para reducir los opioides.

El presentador de la sesión es Jay Gupta, RPh, MSc, Especialista de MTM & C-IAYT. Él es el director de farmacéutica y salud integrativa en Harbor Homes en Nashua, NH, así como un consultor MTM y terapeuta de yoga. Jay también es co-fundador de RxRelax, LLC y YohaCaps,Inc.

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Grabado en febrero de 2019

Serie educativa: Control del dolor, parte 3

Este seminario web incluye los fundamentos y factores relacionados con la reducción de opioides, preguntas frecuentes relacionadas a la reducción de medicamentos no-opioides y las diferentes opciones de terapias integrativas.

El presentador de la sesión es Jay Gupta, RPh, MSc, Especialista de MTM & C-IAYT. Él es el director de farmacéutica y salud integrativa en Harbor Homes en Nashua, NH, así como un consultor MTM y terapeuta de yoga. Jay también es co-fundador de RxRelax, LLC y YohaCaps,Inc.

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Grabado en marzo de 2019

Recursos y apoyo para el dolor

Si necesita más información sobre el dolor o tiene una pregunta específica, nuestros especialistas en información están disponibles de lunes a viernes de 9am a 5pm ET, 800-539-7309 (línea gratuita dentro de los EE. UU.) o 973-379-2690 (internacional).

Adicionalmente, la Fundación Reeve mantiene una hoja informativa sobre la vida con el dolor y recursos adicionales de fuentes confiables. Chequee nuestro repositorio de hojas de información sobre cientos de temas como los recursos disponibles su estado/ país o enfermedades secundarias de la parálisis. Descargue nuestro folleto sobre el Control del dolor.

Le recomendamos que se contacte con grupos de apoyo y organizaciones, incluyendo:

  • Asociación Americana del Dolor Crónico (American Chronic Pain Association), promueve el apoyo entre compañeros y la educación para las personas que viven con el dolor crónico y sus familias para que ellos puedan vivir una vida plena a pesar del dolor. Haga clic en “Select Language” para español.
  • Familydoctor, para más información sobre las causas y los síntomas del dolor
  • MedlinePlus, tiene 750 temas en enfermedades, trastornos y bienestar. MedlinePlus reúne la información autoritativa de la Biblioteca Nacional de Medicina, los Institutos Nacionales sobre la Salud, y otras agencias gubernamentales y organizaciones relacionadas a la salud.