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Espasticidad

¿Qué es la espasticidad?

La espasticidad es un efecto colateral de la parálisis que varía desde una rigidez muscular leve hasta efectos graves, como movimientos incontrolables de las piernas. Generalmente, los doctores se refieren a ella como tensión muscular extrema o hipertonía espástica (SH, por sus siglas en inglés). Puede estar asociada a una lesión de la médula espinal, esclerosis múltiple, parálisis cerebral o un trauma cerebral.

Los síntomas de la espasticidad pueden incluir un aumento del tono muscular, contracciones musculares rápidas, reflejos tendinosos profundos exagerados, espasmos musculares, tijereteo (cruce involuntario de las piernas) y rigidez en las articulaciones.

Cuando una persona sufre una lesión, los músculos se debilitan y se vuelven flexibles debido a lo que se conoce como un choque de la columna: los reflejos del cuerpo están ausentes por debajo del grado de la lesión; esta condición usualmente tiene una duración de pocas semanas o varios meses. Tan pronto se supera el choque de la médula espinal, la actividad refleja retorna al cuerpo.

¿Cuáles son las causas de la espasticidad en la parálisis?

La espasticidad es causada comúnmente por el daño a la parte del cerebro o la médula espinal que controla el movimiento voluntario.

Dado que se interrumpe el flujo normal de mensajes nerviosos por debajo del grado de la lesión, esos mensajes no llegan al centro de control reflejo del cerebro. Entonces, la médula espinal intenta moderar la respuesta del cuerpo.

La médula espinal no es tan eficiente como el cerebro; por lo tanto, las señales que se envían de regreso al sitio de la sensación se suelen manifestar de forma exagerada en una respuesta muscular sobreactiva o hipertonía espástica: un movimiento espasmódico incontrolable, rigidez o fortalecimiento de los músculos, contracciones similares a las de un choque de un músculo o grupo de músculos y tono anormal en los músculos.

La mayoría de las personas que viven con una lesión de la médula espinal sufren espasmos. Las personas con lesiones de la cervical y aquellas con lesiones parciales tienen mayor tendencia a experimentar la espasticidad que las personas con paraplejía y/o lesiones totales.

Los músculos que comúnmente sufren espasmos son los que doblan el codo (flexor) o extienden la pierna (extensor). Usualmente, estos reflejos ocurren como resultado de una respuesta automática a las sensaciones de dolor.

Mientras que la espasticidad puede interferir con la rehabilitación o las actividades diarias, no siempre se trata de algo malo. Algunas personas usan sus espasmos para ciertas funciones, por ejemplo, para orinar, para transferirse o para vestirse. Otras usan la SH para mantener sus músculos tonificados y mejorar la circulación. También puede ayudar a mantener la fortaleza de los huesos. En un estudio sueco amplio de personas con SCI, un 68% sufría de espasticidad, pero menos de la mitad de esas personas reportó que su espasticidad fuera un problema importante en la disminución de sus actividades diarias o les ocasionara dolor.

Tratamiento y control de la espasticidad

Un cambio en la espasticidad de una persona debe tomarse en cuenta inmediatamente. Por ejemplo, el aumento del tono podría ser el resultado de un quiste o de la formación de una cavidad en la médula espinal (siringomielia post traumática). De no tratarse, los quistes pueden ocasionar una pérdida mayor de las funciones. Los problemas no relacionados al sistema nervioso, tales como infecciones de la vejiga o lesiones cutáneas, pueden aumentar la espasticidad.

El tratamiento de la espasticidad usualmente incluye medicamentos como baclofeno, diazepam o zanaflex. Algunas personas con espasmos graves usan las bombas recargables de baclofeno, las cuales son reservorios pequeños implantados de manera quirúrgica que aplican el fármaco directamente al área de disfunción de la médula espinal. Esto permite una mayor concentración del fármaco sin los efectos colaterales usuales de la dosis oral.

La terapia física que incluye el estiramiento muscular, una variedad de ejercicios de movimiento y otros regímenes de terapia física pueden ayudar a prevenir las contracturas de las articulaciones (empequeñecimiento o acortamiento de un músculo) y a disminuir la gravedad de los síntomas.

Una postura y un posicionamiento adecuados son importantes para disminuir los espasmos en personas en sillas de ruedas y con reposo en cama. En ocasiones se usan os aparatos ortopédicos, como las tobilleras, para restringir la espasticidad. La aplicación de frío (crioterapia) sobre un área afectada también puede proporcionar calma en la actividad muscular.

Durante años, los doctores han usado el bloqueo de nervios con fenol sobre los nervios muertos que ocasionan la espasticidad. Recientemente, un bloqueo de nervios que resulta mejor, pero es más costoso, la toxina botulínica (Botox), se ha convertido en un tratamiento popular para los espasmos. Una aplicación de Botox tiene una duración de tres a seis meses; sin embargo, el cuerpo genera anticuerpos para el fármaco y reduce su efectividad en el tiempo.

Algunas veces se recomienda la cirugía para liberar el tendón o para seccionar la vía nervio-muscular en niños con parálisis cerebral. En caso de que los espasmos interfieran con la acción de sentarse, el baño o el cuidado general, se podrá considerar la ejecución de una rizotomía dorsal selectiva.

La espasticidad forma parte de la vida de muchas personas que sufren de parálisis. La estrategia de tratamiento se debe basar en la función personal:

  • ¿La espasticidad le impide realizar algunas actividades?
  • ¿Existen riesgos de seguridad, como la pérdida de control mientras conduce su silla o auto?
  • ¿Los fármacos para el manejo de la espasticidad son peores que los síntomas y le afectan su capacidad de concentración o nivel de energía?

Consulte con su doctor para discernir cuáles son sus opciones.

Recursos sobre la espasticidad

Si necesita más información sobre el manejo de la espasticidad o tiene una pregunta específica, nuestros especialistas en información están disponibles de lunes a viernes de 9am a 5pm ET, 800-539-7309 (línea gratuita dentro de los EE. UU.) o 973-379-2690 (internacional).

Adicionalmente, la Fundación Reeve mantiene una hoja informativa sobre el manejo de la espasticidad con recursos adicionales de fuentes confiables. Chequee nuestro repositorio de hojas de información sobre cientos de temas como los recursos disponibles su estado/ país o enfermedades secundarias de la parálisis. Descargue nuestro folleto sobre el Controle la espasticidad.

Fuentes: The National Institute of Neurological Disorders and Stroke, National Multiple Sclerosis Society, United Cerebral Palsy Association, The National Spinal Cord Injury Statistical Center, Craig Hospital